La nueva adaptación en acción real de Cómo entrenar a tu dragón ha aterrizado en los cines con una fuerza arrolladora, combinando nostalgia y tecnología de vanguardia para recrear el mundo de Berk y sus dragones con un realismo sin precedentes. Dirigida por Dean DeBlois, quien también estuvo al frente de la trilogía animada original, esta versión live-action ha sido un éxito tanto en taquilla como en crítica, destacando especialmente por su innovador enfoque en efectos visuales (VFX) y diseño de producción.

Visión más detallada del proceso de creación

Un vistazo al pipeline de VFX: la alquimia detrás de Berk

El estudio Framestore lideró la creación de los efectos visuales, con Christian Manz como supervisor de VFX. El objetivo era claro: mantener la esencia de la animación original mientras se adaptaba a un entorno realista. Para lograrlo, se emplearon técnicas avanzadas de CGI y captura de movimiento, además de marionetas físicas en el set para facilitar la interacción de los actores con los dragones.

Una de las escenas más emblemáticas, el primer vuelo de Hipo y Desdentao, se filmó utilizando un sistema de gimbal de ocho ejes que simulaba los movimientos del dragón, permitiendo a los actores experimentar una sensación auténtica de vuelo.

Desdentao: del diseño icónico al realismo fotográfico

Para sumergir al público en el mundo de Berk, se construyó un set a escala real en Irlanda del Norte, inspirado en paisajes de Islandia y las Islas Feroe. Este enfoque permitió a los actores interactuar en un entorno tangible, enriqueciendo sus interpretaciones y facilitando la integración de efectos visuales en postproducción.

Construyendo Berk: entre la fantasía y la realidad

En la etapa de producción, el material real se graba pensando en los efectos visuales. Algunas técnicas comunes incluyen:

  • Pantallas verdes o azules.
  • Captura de movimiento (motion capture).
  • Referencias físicas y luces testigo.
  • Captura de datos LIDAR y HDRI para integración.

El supervisor de VFX está presente para asegurar que todos los datos necesarios se recojan correctamente, facilitando el trabajo posterior.

Clave: Preparar bien el rodaje minimiza retrabajos en postproducción.

Más allá de la pantalla: una experiencia inmersiva

La película no solo ha sido un éxito visual, sino también emocional. La combinación de efectos prácticos y digitales ha creado una experiencia cinematográfica que ha resonado con audiencias de todas las edades, consolidando a Cómo entrenar a tu dragón (2025) como un referente en la adaptación de animación a acción real.

Conclusión: una lección magistral en VFX y narrativa

Cómo entrenar a tu dragón (2025) demuestra que es posible honrar una obra original mientras se exploran nuevas fronteras tecnológicas y narrativas. Su éxito radica en la armonía entre la innovación técnica y la fidelidad emocional, ofreciendo una experiencia que cautiva tanto a nuevos espectadores como a fanáticos de la saga original.

Lecciones para estudiantes de cine y VFX: ¿qué podemos aprender del live-action de Cómo entrenar a tu dragón?

La producción de Cómo entrenar a tu dragón (2025) ofrece valiosas enseñanzas para estudiantes de cine, animación 3D y efectos visuales. Uno de los aspectos más destacables es cómo se integra un pipeline de producción híbrido, donde la planificación meticulosa entre preproducción, rodaje y postproducción permite que el componente visual no sea un añadido, sino parte integral de la narrativa.

El uso de maquetas físicas, previsualizaciones animadas y técnicas como la «virtual cinematography» refuerzan la importancia de la colaboración entre departamentos técnicos y artísticos. Los futuros profesionales pueden observar cómo se optimizan los recursos para crear entornos realistas sin depender exclusivamente de fondos verdes o escenarios generados completamente por ordenador.

Además, el enfoque de Framestore y DeBlois en preservar la personalidad de los personajes a través del diseño visual —como en el caso de Desdentao— subraya una lección clave: los VFX deben estar al servicio de la historia, no al revés. Esta filosofía es esencial para cualquier artista que aspire a crear mundos que no solo impacten visualmente, sino que también conmuevan al espectador.